La pandemia nos ha cambiado y como tal nuestras costumbres y sensibilidades ante temas que antes ni nos habíamos planteado. Las personas hemos parado, hemos reflexionado, hemos valorado lo importante que es pasar tiempo con la gente que queremos, lo diferente que es nuestro trabajo desde casa y hemos vivido en primera persona las reacciones de nuestros superiores en estas situaciones. Ante esta nueva realidad las personas tienen que adaptarse y esa adaptación requiere tiempo y esfuerzo. Por otra parte las empresas y sus líderes también. Esto implica cambios en las relaciones que hay que entender, y en la medida que los líderes entiendan estos cambios, van a tener más posibilidades de éxito en la gestión de las personas y equipos. A continuación desvelamos los estilos de liderazgo que más se adaptan a los tiempos que vivimos, tienen un contenido muy humano y tienen como fin la gestión de personas, sus motivaciones y necesidades.

Liderazgo carismático: El liderazgo carismático es el tipo de management que se basa en el carisma de un líder y se caracteriza por tener y transmitir una energía especial que hace que las cosas ocurran. El líder carismático es una persona que inspira al resto, es positivo por naturaleza y carece de todo complejo a la hora de afrontar retos. Este tipo de liderazgo funciona en empresas pequeñas y medianas y en estructuras planas, donde el impacto de la dirección puede ser más directo. Aunque tiene un defecto, depende mucho de la persona que lo ejerce, ya que cuando esta no esté es posible que ese empuje que ejercía se difumine en el tiempo.

Liderazgo participativo: El líder que ejerce este tipo de liderazgo consensúa todas las decisiones, hace partícipe al resto en las decisiones y al final toma una decisión lo más democrática posible. Este estilo es muy bueno para empoderar al equipo, empoderar es una de las mejores herramientas de desarrollo directivo y también de retención de talento. Un tema que hay que tener en cuenta es que las decisiones pueden tomarse más tiempo del necesario en una situación de emergencia lo que no ayuda a la agilidad en la toma de decisiones.

Liderazgo con foco en las personas y valores: Este líder es una persona ante todo, antepone en ocasiones las necesidades de sus trabajadores y colectivos que interactúan con la compañía a los intereses propios de la compañía. Este liderazgo está orientado a que las personas aporten a la compañía de manera creativa y a su desarrollo, lo que tiende también a empoderar al empleado. El líder en valores tiene una firme creencia de que si el trabajador está bien, la empresa irá también bien en la misma proporción. Es un tipo de liderazgo que indudablemente se ha visto en muchos líderes de empresas muy conocidas en nuestro país durante la pandemia, durante la que se han volcado para ayudar a la sociedad y a sus trabajadores. Uno de los temas que tiene que tener en cuenta este tipo de líder es el balance entre que hay entre el foco en las personas y el negocio.

Liderazgo transformacional: El líder transformacional es el líder más completo de todos. Este estilo es un estilo de liderazgo 360, en el que el líder inspira y apoya al empleado, y este apoya al líder de manera que se genera una relación de confianza bidireccional que hace que las cosas fluyan de manera casi natural. El directivo siente que gana y el empleado también de manera proporcional, y es más se siente atraído por la compañía de una manera casi como alguien se siente querido dentro de una familia. El líder influye, y hace transformarse al resto de la organización al igual que lo hace el empleado con el líder, que no deja de transformarse y evolucionar a través de los aprendizajes de sus empleados. Este liderazgo está basado en la confianza mutua y depende de que la confianza mutua se mantenga para que funcione.

Es muy llamativo ver los resultados de estudios y tesis que hay en los que hablan de la correlación entre estos estilos de liderazgo con el alto nivel de engagement que tienen los empleados.

Tengamos el estilo que tengamos de los 4 de arriba, el líder tiene que tener una serie de atributos y valores comunes: empatía, humildad, generosidad y el espíritu de servicio a la compañía y sus trabajadores. Imaginemos un líder que carezca de estas virtudes en este contexto de pandemia, (y de lo que viene), en el que estamos viviendo situaciones verdaderamente dramáticas.

La empatía nos pone en el lugar del otro, trabajadores, comité de dirección, proveedores, clientes y por lo tanto nos conecta con sus necesidades, lo que nos permite tener un enfoque proactivo a la hora de gestionar sus preocupaciones y anticipar contingencias. La humildad y generosidad proporciona humanidad y un canal directo de comunicación efectiva, que llega al trabajador y al líder, posibilita compartir lo que se tiene para salir adelante ya bien sea económicamente o anímicamente. En una palabra hace equipo de verdad. El espíritu de servicio es la última aunque no menos importante, el líder está al servicio de la compañía y no al revés. Las verdaderas empresas líderes con fuertes líderes nos han demostrado en la pandemia que ellos y sus compañías están al servicio de la sociedad. Sólo tenemos que pensar en los ejemplos que hemos visto en prensa en los últimos meses con empresas y de líderes que han liderado acciones sociales.

¿Qué sientes?, ¿Cómo puedo ayudarte?, ¿Qué necesitas? Estas son las preguntas que los líderes de hoy están haciendo a las personas. Y, ¿qué necesitas tu como líder para empezar a hacerlas?.